La vida es el viaje.

sábado, 27 de marzo de 2010 |

Esta pequeña frase (la vida es el viaje) de tan solo cinco palabras, encierra una gran verdad, y ésta es que no somos eternos en esta tierra.

Siempre hemos interpretado nuestro auto, nuestras posesiones, nuestra billetera o cuenta bancaria como un todo, olvidándonos de que a este mundo llegamos sin nada y nos vamos sin nada. Y no estoy diciendo que tener nuestras posesiones sea algo malo, sino que debemos tener un equilibrio, recordemos que los extremos son malos. Digo esto porque muchas veces nos enfocamos tanto en lo material, en lo económico, que sobrevaloramos las cosas secundarias y aquellas que tienen un mayor valor las devaluamos. ¿Qué quiero decir con esto? Permíteme dar un ejemplo.

Algunas veces, a mi me ha pasado, andamos tan estresado con el trabajo, los pagos y nuestras responsabilidades que nos olvidamos de vivir la vida, de disfrutar cada instante de nuestra existencia. Porque pienso que cada segundo que pasa es un milagro, un tesoro, un regalo.

A mi en lo personal, me gusta sacarle jugo a los detalles de la vida. Por ejemplo, convierto en casi eternos los segundos cuando platico con mi esposa viéndola a los ojos, cuando me sonríe. Valoro más esos instantes de lo que puedo demostrar. Y cuando pienso en ella no pienso en las veces que discutimos sino, en aquellas que decimos amarnos. Me encanta platicar con mi papá, discutir con sobre algún tema, reírme de sus chistes y sus anécdotas. Esos momentos son mágicos, se graban en mi memoria pero también en mi corazón.

Pienso que de eso se trata la vida, de disfrutar al máximo. Recordemos que todo en esta tierra es pasajero, inclusive nosotros, solamente somos viajeros. Así que toda la riqueza que juntemos que no sea solo material, porque eso aquí se queda, sino que también sean buenos momentos en familia, bellos recuerdos de nuestros amigos e instantes felices. Dándole a cada cosa el valor que se merece alcanzamos el éxito, porque tenemos algo que no se puedo comprar y eso se llama felicidad.


NOTA: La frase del titulo de este post la vi en el perfil de @fejauristi, fotógrafo de bodas mexicano a quien admiro por su trabajo y su personalidad.

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